Historia de Casa Rosa
Hay que remontarse a 1938 para
encontrar el origen de Casa Rosa. España estaba en guerra y, para
poder dar de comer a sus dos hijas, Eufrasia García comenzó a
vender telas. Con el tiempo sería conocida como "Eufrasia la de
las telas".
Como otras tantas familias en esta
España dividida, esta gran mujer había tenido la desgracia de que tomaran preso a su marido, Antonio, que estuvo en la cárcel durante 15
años. La falta de ingresos hizo que Eufrasia comenzara a comerciar
con telas que compraba en Granada o Sevilla y, hechas un hatillo, las
vendía de estraperlo en Arjonilla, Porcuna y Arjona, donde fueron
muy hospitalarios con ella y aún hoy la recuerdan. Tuvo mucha
suerte, ya que la gente se solidarizó con su situación y le
compraban siempre que podían.
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Imágenes de hogar, menaje y lavadoras que se vendían en la tienda |
Años más tarde, ya en 1950, su hija
Rosa, que heredó el apodo de su madre, "Rosa la de las telas",
se casó con Joaquín, que procedía de una familia de electricistas
y carpinteros. Juntos comenzaron un negocio en el que vendían telas,
ropa, electrodomésticos y muebles, que se llamó "Casa Rosa y
Joaquín". Aún conservamos bolsas de esta época donde se
pueden ver las marcas que se ofertaban. Cuando Joaquín falleció,
pasó a llamarse "Casa Rosa".
Ya a mediados de los 80, con la
creciente evolución tecnológica, el aumento de la competencia y el
desuso del patronaje y la confección, se tomó la decisión de dejar
atrás algunos productos, como las telas, los electrodomésticos y
gran parte de los muebles. No obstante, Casa Rosa ha contado siempre
con un amplísimo surtido de productos, estando presentes en todas
las edades y acontecimientos de la vida de nuestros clientes, ya
desde el nacimiento. De ahí surge nuestro eslogan: "en Casa
Rosa encontrarás mil y una cosa".
Desde siempre, Casa Rosa ha estado
cerca de sus clientes y ha procurado no solo aconsejarles, sino
también ayudarles del mejor modo posible. Así, desde siempre ha
ofrecido muchas facilidades de venta, empezando con "vales"
divididos en casillas que se iban sellando conforme se iban pagando.
En los tiempos del abuelo Antonio era él mismo el que se ocupaba de
cobrarlos.
En 1995 se produjo un gran
acontecimiento en el negocio: abrimos nuestra tienda de Arjona, en la
que les atienden Antonia y Rocío. En ese mismo año, Ana Pérez, la
hija de Rosa, pasa a regentar las dos tiendas. Ana junto con nuestra dependienta Montse, que lleva junto a nosotros desde 1994, se encargan de atederles en la tienda en Arjonilla.
Nuestra historia de éxito llega a la
actualidad como negocio de tercera generación que sigue centrándose
en las personas, ofreciéndoles un trato individualizado y cercano
con nuestros productos de calidad. Porque un negocio de más 80 años
funciona gracias a la gente que confía en él.
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Ana y Montse en la tienda de Arjonilla |
Bonita reseña
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